George Clooney

Se pegan por su nariz, ojos, barbilla, mejillas y labios. Pero hay que decir, señores míos, que el encanto no se opera y George lo destila a raudales. Se ha retocado las bolsas de los ojos y las patas de gallo por aquello de envejecer más tarde, pero la sonrisa de galán cercano sigue siendo la misma de cuando él mismo operaba en ‘Urgencias’. Cuatro Óscar, ocho Globos de Oro... y no caben tantos premios, lo avalan como un gran actor. Y, encima, dirige con gran éxito. Que viviera con un cerdo no empaña el currículo.